Grupo de estudiantes de Zúrich hace volar avión eléctrico
Son una veintena de futuros ingenieros mecánicos y electrónicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ), y su tesis de licenciatura es un avión eléctrico. Durante dos años, el equipo diseñó, ensambló y probó incansablemente el dispositivo en un hangar en el parque de innovación de Dübendorf, que se ha convertido casi en un segundo hogar para algunos.
En realidad, la carrocería de este monomotor de cuatro plazas no fue construida en Suiza. Las piezas son las de un avión en kit suministrado por el fabricante sudafricano Sling Aircraft, de ahí el nombre “e-Sling”. El trabajo de estos jóvenes apasionados está sobre todo en la “e”. Con adaptaciones varias, el tradicional motor térmico ha sido sustituido por uno de propulsión eléctrica, alimentado por baterías modulares.
La última semana de septiembre, el avión finalmente salió del hangar y ganó el cielo. Siete vuelos de prueba, incluido el último ante los medios de comunicación, para marcar el lanzamiento oficial de e-Sling.
Como con cualquier medio de transporte eléctrico, el quid de la e-Sling son las baterías y su peso. En el caso de un avión, no es exagerado decir que cada gramo cuenta. El motor solamente pesa 42 kilogramos, pero las baterías, situadas en las alas, pesan 224 kilogramos. Estos aparatos tienen una autonomía de aproximadamente una hora, durante la cual pueden recorrer 180 kilómetros.
No está mal, pero obviamente todavía no es lo suficientemente bueno. El siguiente paso será el desarrollo de la propulsión por hidrógeno, con pilas de combustible que producen electricidad directamente a partir de la oxidación del hidrógeno. El proceso se conoce desde principios del siglo XIX y el reto actual es hacer que estos sistemas sean más ligeros y menos costosos.
Equipar la aeronave con estos elementos será tarea del próximo grupo de estudiantes. e-Sling es, de hecho, un proyecto que permite a los jóvenes poner en práctica sus conocimientos teóricos, pero que no termina una vez que han dejado la escuela. Se transmite a la siguiente generación, como el paso del testigo en una carrera de relevos. Y el grupo que acaba de tomar el timón ya es el tercero.
El saludo del pionero
En 2015-2016, el explorador suizo Bertrand Piccard realizó la primera vuelta al mundo ‘cero emisiones’ con el avión Solar Impulse junto al piloto André Borschberg. Actualmente presidente de la fundación del mismo nombre, Piccard no puede más que celebrar iniciativas como la de los estudiantes de Zúrich.
"Nuestro objetivo con Solar Impulse era transportar un mensaje; no pasajeros. Queríamos demostrar que las tecnologías limpias pueden alcanzar objetivos que antes eran imposibles. Nuestra mayor recompensa es ver ahora proyectos que siguen este espíritu", escribió el científico en un correo electrónico de respuesta a SWI swissinfo.ch.
El científico señaló que hoy en día hay más de 600 proyectos de aviación eléctrica en el mundo. Entre ellos, el Pipistrel Velis, fabricado en Eslovenia y utilizado como avión de entrenamiento en Suiza. “Pero sobre todo el H-55, emanación directa de la tecnología Solar Impulse, que Como con cualquier medio de transporte eléctrico, el quid de la e-Sling son las baterías y su peso. En el caso de un avión, no es exagerado decir que cada gramo cuenta. El motor solamente pesa 42 kilogramos, pero las baterías, situadas en las alas, pesan 224 kilogramos. Estos aparatos tienen una autonomía de aproximadamente una hora, durante la cual pueden recorrer 180 kilómetros.
No está mal, pero obviamente todavía no es lo suficientemente bueno. El siguiente paso será el desarrollo de la propulsión por hidrógeno, con pilas de combustible que producen electricidad directamente a partir de la oxidación del hidrógeno. El proceso se conoce desde principios del siglo XIX y el reto actual es hacer que estos sistemas sean más ligeros y menos costosos.
Equipar la aeronave con estos elementos será tarea del próximo grupo de estudiantes. e-Sling es, de hecho, un proyecto que permite a los jóvenes poner en práctica sus conocimientos teóricos, pero que no termina una vez que han dejado la escuela. Se transmite a la siguiente generación, como el paso del testigo en una carrera de relevos. Y el grupo que acaba de tomar el timón ya es el tercero.
El saludo del pionero
En 2015-2016, el explorador suizo Bertrand Piccard realizó la primera vuelta al mundo ‘cero emisiones’ con el avión Solar Impulse junto al piloto André Borschberg. Actualmente presidente de la fundación del mismo nombre, Piccard no puede más que celebrar iniciativas como la de los estudiantes de Zúrich.
"Nuestro objetivo con Solar Impulse era transportar un mensaje; no pasajeros. Queríamos demostrar que las tecnologías limpias pueden alcanzar objetivos que antes eran imposibles. Nuestra mayor recompensa es ver ahora proyectos que siguen este espíritu", escribió el científico en un correo electrónico de respuesta a SWI swissinfo.ch.
El científico señaló que hoy en día hay más de 600 proyectos de aviación eléctrica en el mundo. Entre ellos, el Pipistrel Velis, fabricado en Eslovenia y utilizado como avión de entrenamiento en Suiza. “Pero sobre todo el H-55
, emanación directa de la tecnología Solar Impulse, que André Borschberg está liderando con éxito y haciendo grandes avances para desarrollar un sistema de propulsión eléctrica aplicable a todas las aeronaves”. El H-55 firmó recientemente un contrato con el fabricante estadounidense de motores Prat & Whitney para electrificar un avión de 20 plazas. André Borschberg está liderando con éxito y haciendo grandes avances para desarrollar un sistema de propulsión eléctrica aplicable a todas las aeronaves”. El H-55 firmó recientemente un contrato con el fabricante estadounidense de motores Prat & Whitney para electrificar un avión de 20 plazas.